Jorge Cáceres recibe un paquete con dos novelas de un conocido autor de best sellers; ese envío le resulta insólito: nada más alejado de su actividad de vendedor de libros raros que esos títulos; pero el desconcierto se transforma en una acuciante cadena de enigmas cuando se entera de que quien ha dejado el paquete en la recepción ha sido asesinado en la misma Galería Güemes donde vive Cáceres. Movido por la extrañeza advierte que los libros estaban ocultando un mensaje con un pedido de auxilio que lo sitúa en el pasado familiar. A medida que se adentra en la investigación va desentrañando una turbia trama de secretos e identidades clandestinas vinculadas a una represora de la dictadura militar. La narrativa de Roberto Ferro aborda el tema de los vínculos entre la memoria personal y la memoria compartida con un nivel de minucioso detallismo, que lleva al personaje a transitar por una serie de escalofriantes revelaciones sobre el infame vínculo entre la dictadura militar y los negocios de la industria farmacéutica. El regreso de Jorge Cáceres, el emblemático protagonista de la saga de novelas de Roberto Ferro, se despliega en un relato en el que los enigmas son tratados con la fina elegancia de una narrativa atravesada por las modulaciones del policial negro.
Erbóreo R. Frot
Martín Maidana el vecino de la próxima puerta de la oficina de Jorge Cáceres lo atraerá a una red de sinuosas relaciones; una de ellas lo pondrá en la pista de Marcel Duchamp que vivió en Buenos Aires desde el 19 de septiembre de 1918 al 22 de junio de 1919. Dos fotografías sepias de una mujer desnuda, al parecer sacadas por el artista son la posible prueba de que antes de partir hacia Nueva York le ha regalado un ready-made a la modelo; una composición tan valiosa como ignorada en los catálogos de su obra. La próxima puerta es la envolvente historia de una búsqueda y la de innumerables intentos fallidos, también de la fragilidad y la tenacidad con que dos fantasmas se entrelazan en el secreto y la ocultación, el fingimiento y la conjetura, en última instancia en la dificultad de separar deseo y realidad. La imagen desnuda de una mujer era una ilusión que se presentaba como prueba pero que no daba testimonio. Ese era el nexo, la zona de contacto entre dos fantasmas solo en las palabras; la identidad de Martín Maidana aparecía ligada a la narración, al discurso, a la creencia y al enigma, mientras que la corporalidad inaccesible de María Laura era como un destello que solo se dejaba entrever para postergar cierta fugacidad hasta una nueva reaparición. La novela de Roberto Ferro puede ser leída como un sutil folletín contemporáneo sobre la identidad perdida y la impostura del deseo, pero también como un espléndido thriller sobre la aventura de componer en relato la complejidad de la vida de un solitario.
Erbóreo R. Frot
De la memoria, de lo que se recuerda y cómo se recuerda, quizás le dijo Jorge Cáceres a Roberto Ferro la tarde en que le entregó la primera versión de su novela, anotaciones dispersas a un relato, básicamente, de dos situaciones; por una parte, la reconstrucción de una serie de diálogos en los que había intervenido y, por otra, la recopilación de mis interpretaciones de un conjunto de textos escritos y de imágenes; ambas se desarrollaron en un lapso que abarcó no más de un mes.Cáceres comenzó a escribir la misma mañana en que se enfermó. Luego de que la fiebre cediera, dejándole en las manos recuerdos de la infancia, escribió las primeras notas como un modo de no olvidarlos. Más tarde dos pedidos profesionales: la búsqueda del original extraviado de una novela –a la que se sumó la aparición de dos fotografías–; y, casi al mismo tiempo, una investigación histórica, con un final impredecible, acentuaron la certeza de que En cada caso las peripecias han sido señales que me incitaron a captar el tiempo y a sentir su espesor viscoso, así como en el contradictorio devenir.Seguramente hablarían de muchas más cosas esa tarde, ya que ambos se confabulan desde hace tiempo al momento de trabajar juntos en “los desbordes de la narración”. Mientras tanto el lector se deja conducir por el enigma de la trama, ajeno o testigo, según sea su mirada atenta, a la presencia indivisible de uno y otro; participando con deleite de los guiños literarios; agradeciendo, en definitiva, durante la lectura de la novela, que de todos modos así sea. María Claudia Otsubo
El asesinato de un historiador del arte en el Palacio Barolo, uno de los edificios más emblemáticos de Buenos Aires, construido en homenaje simbólico a la Divina Comedia, es el punto de partida de una cadena de acontecimientos siniestros con los que se enfrentará un discípulo y amigo de la víctima cuando emprenda la investigación de su muerte. Los continuadores del régimen nazi han urdido una vasta conspiración que se mantiene en las sombras y manipula la trama de los peores atentados que han asolado el mundo en los últimos años. Elio Veneri confirma su capacidad de eximio narrador del suspenso y el misterio con Misión O.D.E.S.S.A. - Operación Cielo. No hay respiro para el lector porque el ritmo de la historia lo atrapará con acciones que se suceden raudamente, con un notable tratamiento minucioso de los detalles y con una gran profundidad psicológica en la construcción de los personajes. En su vertiginoso relato se revela el lado sombrío de los episodios, el contraste entre lo que se hace creer a la opinión pública y la verdad descarnada que oculta el proyecto de retorno del Tercer Reich al poder.
Roberto Ferro
Jorge Cáceres sigue el rastro de un libro de Marcel Proust en una edición de lujo que incluye dos cartas valiosas del escritor que, al parecer, ha llegado a Buenos Aires hace más de ochenta años. El libro ha ido pasando de mano en mano y se convierte en el verdadero protagonista de la historia; sin embargo, una serie de inesperados y brutales sucesos interfiere en la búsqueda de Cáceres: desde el otro lado del Atlántico una sórdida conspiración se ha puesto en marcha para apropiarse del legado de una cuantiosa herencia. Roberto Ferro teje una trama en la que se entrecruzan la crítica literaria y el policial negro, en una urdimbre que instala al lector en un despliegue narrativo que lo atrapa desde el principio. En esta novela de atmósfera y ritmo apasionantes confirma a Ferro como uno de los escritores contemporáneos de mejor estilo y mayor capacidad en la realización del thriller. Y tendrá tus ojos atrapa al lector desde las primera líneas y lo desafía a enfrentar un relato del que difícilmente podrá despegarse.