Novedad: Si en Atrave(r)sar –poemario anterior–, Ana Abregú desafió a la vivencia como forma de acceder al lenguaje, a partir de incisiones y fragmentos que pueden leerse como poesía y que cuestionan la idea de legibilidad y permanencia que cada texto logra con su significado, en Antí(eu)fon(í)as presenta una serie de secuencias que montan y desmontan pequeños dioramas donde la poesía aparece ya no como certeza, sino como posibilidad.
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Los textos de Antí(eu)fon(í)as buscan su propio tempo mítico más allá de todo mito, donde la partitura no empieza ni termina (porque no es relevante ni el inicio ni el fin), no así la escritura que fue una ilusión (como si todo nunca hubiese sido escrito) de una persona ensayando el delicado sonido de un estado transitorio cercano a la antropofuga, una hormiga que lleva la materia prima directo al reproductor de la melodía.
Nicolás López-Pérez, Rancagua|Chile, 28abril/18mayo-MMXXI
La poesía como pasión por el lenguaje. Y padecer, un salto de fe desde la mente al mundo. La mente como un viaje cada vez, como un producto histórico. Y el poema, en verso, en prosa, de una tradición, de una generación, de una refundación necesaria, de un tour de force es una gran categoría de la mente. El poema nunca es el mismo que escribimos. Cuando lo escribimos. Algo se pierde en la transfiguración del lenguaje. Julio Barco (Lima, 1991) lleva casi una década labrando una poética volcánica urbana-digital a flor de piel, en tecnicolor, en una hiperrealidad que sale y se mete en la cabeza, y con una cuya sonoridad que es ir aprendiendo a domar las pasiones en la soledad, de la música de un lenguaje en llamas que no se consume. Este poeta ingresa y egresa en la vida misma, intercala ritmos, blancuras de página, torrentes de intensidad, intertextos; interviene creativamente la entropía y genera una obra sui generis en la poesía latinoamericana. Nicolás López-Pérez
Las voces de un país se reúnen y sacuden su intensidad en este fascinante tratado que abrirá su comprensión del universo poético peruano. La poesía, como algunos manifiestan, no posee más bandera que la propia escritura, sin embargo, creemos que no hay poesía sin espacio y tiempo, sin contexto o época abierta como: here, señores, están las voces más intensas y arriesgadas de los últimos 10 años de escritura en las tierras del Perú. País grande y contradictorio, sacudido por la violencia y la corrupción. Frente a ello, estos poetas de todas las regiones nos acercan a una sensibilidad vasta y furibunda. Acerquemos nuestros ojos, corazón e intelecto a esta sinfonía que descubre la cultura de un país en el fuego de su arte poético. Este libro suena a todas las sangres. Julio Barco.
La poesía como un volver sobre los pasos, un regreso al verbo original, a la palabra libre de subterfugios retóricos que nombra el lado oscuro del amor o dice la vida que se va, la luz que cae, el mundo que fue y comienza a desdibujarse . La desesperanza, el tiempo, la solitaria verdad de no ser nadie, nada sino el sueño mismo de haber sido, de haber vivido .. La imagen de la belleza como la primera y la última muchacha del camino El suave desprendimiento que otorgan los años, el despojamiento, el silencio, el vacío como una casa definitiva. Y las palabras, las mismas que fueron lejos y ahora vuelven para acompañarnos. De ello nos hablan estos poemas, estos breves y tardíos versos sin estridencia donde aún es posible, sin embargo, imaginar que alguien sigue cantando mientras alrededor todo oscurece.
Nicolás López-Pérez (Chile, 1990) concentra & procesa los rudimentos de su propia fe literaria, la de una obra monumental, una obra capaz de volver a escribir los vínculos de la experiencia entre la vida y lo que el lenguaje ha dejado marchitar para El mundo de las palabras y los hechos. Tipos de triángulos es una pequeña máquina de sueños y poesía, conducida por la energía y las formas que se transforman en el ajuar de una casita que no solo es literatura o alguna profesión de ética o estética. Sus partes se encuentran desperdigadas en ningún orden en específico, son escombros que respondieron frente a la enervante y lapidaria normalidad infundida por el tiempo presente, ese luminoso movimiento perpetuo. Este libro funciona, transcurrida la ascética fragua de un albur que propone su primera muestra, cuando ya no se habla de selección u antología, sino un vistazo hacia algo que está siendo. Y que perfectamente podría dejar de ser. Contra toda esperanza, el día de mañana o cuando su lectura sea obsoleta.