Todo testimonio procura una voz, de lo que no tiene voz. Supay es una dicotomía confinada en la disposición jerárquica del tiempo. En Supay, Luna desterrado –en el sentido de estar suspendido en el aire, quizás–, mientras la pandemia le traza límites invisibles. La complejidad del control sobre sí mismo parece disiparse. Enamorado, perplejo, imbuido en el magma de la poesía, huye hacia su mente, hacia otro cuerpo insustancial y hacia el propio. La irrealidad sutil parece instaurada. Si en Dédalo –novela anterior, biografía apócrifa–, Luna se trasladaba en la geografía y confrontaba la inmaterialidad de las voces que guiaban su estar poético en pandemia, en Supay enfrenta un monstruo, la caducidad del movimiento y el desdoblamiento del tiempo.
Ana Abregú da cuenta de la historia de Luna, obstaculizado y sin itinerario; le otorga voz al poeta que lucha con el desprendimiento del olvido en el borde de un yo sin identidad, intentando descifrar los signos de su destino. Supay es el relato paradójico entre el fuego de la poesía y el amor, en la intimidad del lenguaje y el deseo.
Oitos Rossi.
Como en la cita de Heráclito nunca se leerá dos veces el mismo Don Casmurro. Cada relectura ofrece nuevas sospechas al lector, que entra en el juego de resquemores del narrador protagonista. El joven, la novia, el íntimo amigo; el esposo, la esposa y ¿su amante? Un hijo, ¿quién es el verdadero padre?Esta incertidumbre ahoga a Don Casmurro, ¿es cierta la infidelidad de Capitú? ¿O son sólo la imaginación desbordada y los celos enfermizos que trastocan la realidad? En esta novela magistral, Machado de Assis no solo propone un enigma; construye una galería de personajes y situaciones que retratan la sociedad carioca de su tiempo.
Escribis tu historia para reencontrarte con vos mismo en el futuro o sos escrito por alguien que dará cuenta de tu existencia. Escribis tu historia para reencontrarte con vos mismo en el futuro o sos escrito por alguien que dará cuenta de tu existencia. Hay muchas cuestiones por la que una historia es escrita; la puesta en escena es sobre algo que pasa y usualmente lo que pasa da cuenta de un testigo y una elección para dar cuenta de ello: el que narra. La discusión de los elementos que se ponen en tensión para una narración, es también una historia, un relato, quizás tu historia misma. Antalia Emerik.
En la intimidad de una voz femenina, Antalia, programadora, busca insertase en una sociedad donde las exigencias colocan en relieve la calidad de los conocimientos y entra en permanente conflicto con su yo interior. Intenta ser dueña de sí misma enfrentando la soledad, la transgresión y las tentaciones. Antalia, la protagonista de esta novela, ingresa en un sanatorio donde se realizan experimentos médicos. La novela propone conflictos interiores entre las personas y los aspectos de la investigación en medicina, donde el factor humano condiciona los resultados. Ana Abregú, la autora, ha publicado el libro relatos, “Adelaida Sharp en tu tiempo”, la novela “Paranoxia Dalí”. En El espejo deshabitado, la escritura ecléctica de la autora es una revelación. Karen Eden.