Melopea, arte de producir música o melodías. Término griego latinizado, correspondiente a ?????????. Música antigua, regularmente, el componente armónico, cuyo efecto se llamaba melodía.
El efecto de jolgorio que deviene de la ebriedad hizo que melopea pasara a significar borrachera.
La expresión sonora, que embona con ambas ideas, fónica, armoniosa: "le gustaba chuparle el rabo a la jutía". Expresión cubana que significa empinar el codo, le gusta beber.
Una palabra que me resulta simpática es la que refiere al día posterior a la melopea, en Colombia: guayabo.
¡Ay amor! Mi rada ala luna
Llena hila riela libera eras
Erarios ríos espléndidos
Reflejos lejos ojos amor.
Ala melopea
Ana Abregú.
Entre las cosas que propicia el azar, las derivas de textos en los paradigmas que proponen las redes sociales, son lo más parecido a una biografía.
Este texto es una épica de lecturas, escrituras, intervenciones, relatos, poesía; la huella de la perseverancia entre asimilaciones, reflexiones, contradicciones.
Crónicas de un estar entre realidad y ficción, intrahistoria sobre pequeños mundos personales, efecto de identificaciones, modalidades de contactos culturales que incluyen viajes en el tiempo.
Acaso inventario y reconocimiento de un proceso, quizás errado, de la andadura literaria, revelar un paisaje de mímesis entre discursos, creencias, mitos, emanaciones escriturales para dar cuenta de la perplejidad; diferencias entre el sujeto cultural, que representa la obra de la autora, y el pensamiento ecléctico de esta época.
Cito un fragmento:
“«Cuándo puedo decir que soy escritor», se lee por ahí. La respuesta simple: cuando tu nombre se convierte en un resorte que detona expectativas.
Nombre, en el sentido del psicoanálisis, el que otorga existencia; sin embargo, ser escritor, impone otras coordenadas, cuarta –tiempo–, o quinta –metafísica–, dimensiones.
Algún tipo de lector se apropiará del a priori del ser escritor, y sobreabundará en la construcción del mensaje, con afirmaciones discontinuas, pero repetitivas, «qué gran escritor», bajo el mantra tautológico de “Ser escritor, es ser escritor”.
Pero en la profundidad de la punción lenitiva, se reconoce el gesto del estereotipo, la subjetividad que tensiona el nombre en el sentido contrario, no sos escritor si no rompes el molde que te cuantifica en libros o lectores, serás escritor, con el próximo libro, o el que le sigue y sigue, y el próximo…”
Textorios es el transcurrir por la comisura del lenguaje, recorrido por las astillas que orbitan el asedio de la poesía, sensibilidad y efervescencia por el trabajo lingüístico de escritores y, exigua insistencia en reflexionar sobre la literatura del presente, sobre los modos de producción de sentido donde los medios funcionan como fuente, personajes, inspiración y controversia; las palabras: la cosa que hace al mundo existir y se proyecta sobre una realidad ecléctica, versátil; textos escritos bajo la atmósfera de catacresis de circunstancias al atravesar lecturas y antianáclasis, pluralidad de significados y, juegos de incompatibilidades. Textorios es un lienzo, un tejido, textura y testimonio de perplejidades con que la literatura suele acometer. Literatura, ese estado pretérito y presente en constante confrontación, interacción más allá de la desvalorización y valores de continuidad.
Textorios reúne comentarios críticos y ensayos sobre y de literatura, momentos fugaces y explícitos, metadiscursos sobre las características de la palabra en la era de la Internet, acaso fenómenos transculturales.
Oitos Rossi.
Nudos que convergen, desprejuicio entre códigos literarios y derivas miméticas, Cíngulos es un estar en la literatura; enfoques desde perspectivas límites, conversación intimista, reflexiones de una andadura textual; atrevimientos sobre maneras impostadas de ficción y verbalizaciones; Ana Abregú, escritora resuelta y persistente, éste, el segundo libro de ensayos, que incluye comentarios críticos de poesía, formula lecturas eclécticas y provocativas que exhiben amplio interés en temas y en intrincados vericuetos de la palabra escrita. Los ensayos de Ana Abregú proponen desintegrar los dispositivos de lectura bajo la óptica de ampliar sus efectos y consecuencias. Cíngulos es un entramado de lógicas imbricadas que intenta un ángulo díscolo sobre representaciones estéticas y textuales.
Oitos Rossi.
En numerosas oportunidades he señalado que entre los varios intereses y obligaciones vinculadas a mi trayectoria intelectual, tanto en el ámbito académico como en el campo literario latinoamericano en términos amplios y no restrictivos, surge una constante: mi interés por las teorías de la lectura y por la actividad crítica vinculada a esas especulaciones. Para cumplir con el deseo que mueve mi vocación, para hacerme cargo de las travesías con las que recorro los textos que leo y sobre –en toda la amplitud de sentido de esa preposición– los que escribo, el ejercicio de la crítica debe perturbar, trastornar, desmontar, las certezas de los saberes fundados en el pleonasmo y asumir los riesgos que supone aceptar que no hay significado oculto a develar, no hay secreto en la infinitud del sentido, sino flujos de diseminación sin fin. A diferencia de los otros libros en los que he compilado mis ensayos críticos, el título de El aparejo de un crítico es una tentativa de poner el foco en el proceso material de la lectura, sea cual fuere la teoría o la poética que guía cualquier tipo de aproximación al sentido de los textos literarios, diría que, sin excepción, comparten ciertos gestos en la práctica concreta.
Jorge Cáceres.