La casa del Fauno |
La delicadeza con que la autora describe las fuerzas que actúan en el hecho creativo me conmovió profundamente. El relato, minucioso en los detalles y espacial, transporta al lector a un mundo lejano y misterioso y al mismo tiempo conocido, por el hecho de ser profundamente humano.
A poco de andar estamos allí, sintiendo lo que sienten, viviendo lo que viven, oliendo los perfumes de las vides y danzando. Es la magia de este texto maravilloso, apolíneo y dionisíaco, que nos enseña que en el arte somos marionetas de algo más grande y poderoso que nosotros mismos. |
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